“La primera aerolínea coreana privada fue establecida en 1969, cuando ya se encontraba instaurado en el poder Park Chung-hee”.

Por Eduardo Luciano Tadeo Hernández

Fotografía por Airlineguys

La interconectividad del mundo se puede medir de varias formas, la más medible quizá sea la trayectoria de los vuelos internacionales. En ese ir y venir, el avión toma formas de alebrije: testigo del cambio climático en la atmósfera; casa temporal de los viajeros con pasaportes multicolores y pluri simbólicos; refugio de los sueños de los pilotos ¾quienes en las alturas encuentran el verdadero sentido de la libertad¾; lienzo fotográfico para los ojos humanos y, en algunos casos, preludio de tragedia. A pesar de la universalidad del avión como máquina inteligente, aún la nacionalidad aparenta pesar sobre estos pájaros robotizados, dotándolos de corazones abanderados. Pero nada es para siempre.

Volando alto se ve mejor

¿De qué país es la aerolínea? ¾¿Pregunta de curioso?¾ Los modos de ser se trasladan a los aires; allí arriba la cultura es tan viva como en el suelo. En Corea del Sur, el desarrollo de las aerolíneas ha ido de la mano de su propio desarrollo económico. Habiendo tenido en el pasado sólo una compañía que prestaba servicios aéreos, el surgimiento de otros competidores ha respondido a la apertura comercial hacia al exterior y a la fortaleza del mercado interno.

Comparando. En un estudio publicado en 2014, el número de pasajeros más importante en la región de Asia-Pacífico se concentró en el sector interno de cada país, ascendiendo a casi el 80% del total. Mirando hacia las economías nacionales notamos que mientras China representa el 30.6% del valor de la industria de las aerolíneas a nivel regional, Japón e India, respectivamente, tienen un porcentaje por arriba del 10%. Corea del Sur ocupa el 4.6 %.

Históricamente, la primera aerolínea coreana privada fue establecida en 1969, cuando ya se encontraba instaurado en el poder Park Chung-hee y había puesto en marcha sus planes quinquenales de desarrollo. A finales de los sesenta estaba en una situación de declive. Fue el rescate del grupo Hanjin el que dio vida a la empresa nuevamente. Su presencia internacional se consolidó con la apertura de una ruta transpacífica en 1971, y la primera ruta Seúl-París en 1973. Hoy, la aerolínea Korean Air ofrece vuelos a trece ciudades de Corea y noventa y nueve ciudades de treinta y ocho países en todo el mundo. En enero de 2011, recibió el premio Mejor Aerolínea del Mundo de Global Traveler por cuarto año consecutivo, y el premio Mejores comidas a bordo de los World Traveler Awards. En junio de 2000, Korean Air, Aeroméxico, Air France y Delta Air Lines fundaron SkyTeam. Desde entonces, SkyTeam ha crecido hasta contar con veinte miembros de cinco continentes y una red de mil sesenta y cuatro destinos en ciento setenta y ocho países que ofrece a los clientes 15 723 vuelos al día.

Otra aerolínea importante en Corea es Asiana Airlines. Su existencia surge en un periodo post-Park, coincidiendo con el inicio de la transición democrática de Roo Tae-woo, en donde la diversidad de voces sociales reflejaba la competencia en el mercado surcoreano. La compañía se establece formalmente en 1988. Hoy ofrece vuelos a doce ciudades de Corea y sesenta y nueve ciudades de veintidós países de todo el mundo. Ha recibido premios como Mejores auxiliares de vuelo y servicios a bordo de Global Traveler por siete años consecutivos, y ha sido nombrada “Mejor Aerolínea del Norte de Asia” por dos años consecutivos. Asiana es miembro de Star Alliance, una asociación de veintisiete aerolíneas que incluyen a Air Canada, ANA, Lufthansa y Thai Airways.

Aunque hay otras aerolíneas surcoreanas, como Jeju Air o Air Busan, Korean Air y Asiana representan las de mayor prestigio interno e internacional; son grandes competidoras en un mundo vinculado por la trayectoria internacional de los aviones. La alianza estratégica con aerolíneas de otras nacionalidades evidencia que hoy la inserción en el mercado se atiende desde la lógica multinacional y convierte a los presidentes de las compañías en integrantes del capitalismo del mundo, con notorias consecuencias para la identidad de la élite.

El costo de volarse la barda

La élite empresarial surcoreana está en los chaebols ¾conglomerados familiares, impulsores del desarrollo en Corea del Sur¾, cuyos dueños originales, directores o presidentes actuales y su descendencia, tienen vidas exquisitas, problemáticas, claramente caras y son poseedores de una gran influencia social, económica, aún política. Bajo esta lógica se puede leer el escándalo generado por Cho Hyun-ah, quien fuera vicepresidenta de Korean Air e hija de Cho Yang-ho, presidente de la aerolínea.

En diciembre de 2014, la mujer de las cuatro décadas se puso furiosa cuando una azafata sirvió de forma incorrecta una ración de nueces de macadamia. Por tal razón, ordenó al piloto suspender el despegue, con el avión en pista, para expulsar al sobrecargo. La fiscalía ha concluido que Cho no sólo violó las normas de seguridad de la aviación, también interfirió en la ejecución del deber de un funcionario del gobierno al tratar de influir de forma irregular en la investigación del caso. Los resultados fueron costosos, pues la vicepresidenta se vio obligada a dimitir de su cargo en la aerolínea. Además, habiendo sido detenida el 30 de diciembre de 2014, permanecerá un año en prisión por lo sucedido.

La disculpa pública que ofreció Cho Hyun-ah y las declaraciones en público de su padre, Cho Yang-ho, disculpándose por no haber educado a su hija mejor, son muestra de la permanencia de las responsabilidades jerárquicas y del sentir comunitario coreano. Pues la empresa es familia y la familia es empresa. La deshonra de uno es deshonra para todos. El éxito económico del pasado y presente de Corea del Sur se explica en parte por los chaebols, pero habrá que cuidar que en este momento contemporáneo no sean los conglomerados quienes lastimen a la sociedad por abandonar la identidad que les dio origen: la nación.