En el estudio de… Joo Eun Bae
Casi siempre miramos las culturas hispanas en territorio coreano, y no nos preguntamos demasiado como la cultura coreana se integra en nuestro entorno. Conocer a Joo Eun Bae ha sido toda una sorpresa y un giro en nuestra percepción de las relaciones entre España y Corea. La artista, residente en Madrid, nos ha invitado a su estudio y hemos estado dialogando con ella tendidamente sobre España, su arte y el vivir entre dos mundos diferentes.
Todo comenzó hace 25 años, nos cuenta, “yo y mi familia emigramos a España porque mi madre siempre quiso darnos una educación diferente a la que hay en Corea. Ella no quería que creciésemos en medio de una sociedad tan exigente, acelerada y competitiva, sino que quería que aprendiésemos de otras culturas ampliando así nuestra visión del mundo”. Joo Eun Bae nos confiesa que de pequeña “era una niña muy tímida” a la que le costaba relacionarse con la gente, que le gustaba mucho pintar y que siempre estaba enferma. En la Universidad Complutense de Madrid se especializó en diseño gráfico y después realizó un Máster en el Colchester Institute de Inglaterra.
Sus estudios le permitieron trabajar “durante muchos años en diseño gráfico” en estudios como el de Oscar Mariné. Un día le ofrecieron trabajo como pintora en Factum Arte. Aquí su vida empezó a cambiar. “Así empecé a trabajar muy cerca de artistas. Durante los seis años que trabajé allí volví a recaer en mis enfermedades, y una vez recuperada del todo algo despertó en mí. Mi visión de la vida había cambiado. Empecé a pintar para desahogarme y creo que fue el arte lo que me salvó. El arte se convirtió en una necesidad para mí”.
Así pues, dejó su trabajo y comenzó a desarrollar firmemente su carrera como artista. Por su experiencia, ya sabía con no sería fácil. “Pienso que en ninguna profesión basta con tener talento o inspiración, especialmente en el arte. La disciplina y la constancia son fundamentales para hacer buenas obras. Pintar es un acto apasionante, traicionero, cruel y placentero”. Hacer arte le supone un duro ejercicio de introspección y reconoce que aunque no es una persona de llorar fácil, “si he llorado muchas veces delante de mis cuadros, por emoción o por sentimientos que brotan dentro de mi cuando pinto”.
Joo Eun Bae tiene muy claro que ella es artista, pero que vivir del arte hoy en día es algo muy difícil. “Desgraciadamente, aunque quisiera dedicarme solamente al arte, los artistas autónomos tenemos muchas dificultades para seguir adelante. Así que la solución que he buscado ha sido mi otra pasión: la cocina. Trabajo dando clases de cocina o preparando comida coreana para eventos o para la gente que viene a hacer los cursos de arte”. Y así, Joo Eun Bae comenzó a transmitir la cultura coreana por España, sumando dos artes, la plástica y la culinaria, lo que le permite seguir adelante con la profesión que ha escogido.
Joo Eun Bae no se cierra a un estilo único. Pinta, esculpe, dibuja, actúa… “no me gusta quedarme en una manera de realizar las obras. Creo que un artista tiene que arriesgar y experimentar. No tener miedo de equivocarse. Uso varias técnicas dependiendo de lo que quiera expresar. La tinta china sobre papel me da posibilidad de ser más fluida, rápida y espontánea. He pintado con tierra de diferentes lugares donde he estado, he hecho esculturas con piedras encontradas por donde he viajado…. Seguiré experimentando con diferentes materiales para crear obras. ¡Pienso que el mundo esconde algo mucho más impresionante que mostrarnos!”
Pero pese a los diferentes estilos, hay un tema que recorre todas las obras de esta artista coreana dividida entre dos culturas. “Yo pienso que mis obras son como soy yo, mitad cultura coreana y mitad española. La experiencia que viví en Corea en mi infancia sigue reflejándose en mis cuadros porque esa época me marcó de por vida”. En su trabajo encontramos pinturas abstractas, de texturas principalmente, y dibujos, más “naturalistas”. Pero en ambos casos hay detrás un trabajo sobre la pintura tradicional coreana acercándola hacia la contemporaneidad y la abstracción. “Corea forma parte de mi vida aunque lleve mucho tiempo viviendo en España. Muchas veces me vienen a la mente esos recuerdos de Corea, la casa de mis abuelos, el olor a Kimchi fermentándose, el temor y la soledad que sentía de pequeña. Parece que esos recuerdos forman parte de mi ADN. Supongo que por eso la gente suelen decirme que no llega a ser pintura oriental pero que tienen algo de oriental”.
Uno de sus trabajos más intensos ha sido una performance que realizó en el AVAM (Matadero, Madrid). “Esta performance la estuve ideando en mi cabeza cuando enfermé. Tenía tanto odio y tristeza que juré que cuando me recuperase haría un ritual para reconciliarme con el mundo que me hizo sufrir y despedirme de los malos momentos para empezar de nuevo”. En ella Joo Eun Bae hace un ritual tradicional coreano, vistiendo un hanbok, haciendo las correspondientes reverencias y ofreciendo los alimentos. Pero odo es diferente a lo acostumbrado en estas ceremonias. Los coloridos hanbok son sustituidos por uno completamente blanco, los alimentos por pequeñas esculturas de conchas o nueces. La parte superior del traje se termina incendiando. Se tituló: “Reconciliación y Despedida”. Sobre ella, Joo Eun Bae nos comenta que “los alimentos que puse son reproducciones en escayola y se trata de los alimentos que nunca más podría comer en el resto de mi vida. La quema del traje simboliza la despedida de unos sentimientos personales y un nuevo comienzo. De alguna manera simbolizaba una despedida para quedarme en paz. Y se la dediqué a toda la gente que sufre enfermedades, angustia, tristeza y momentos difíciles”.
Otro punto en común entre sus trabajos es el uso de la naturaleza. “El tema principal de mis obras son paisajes siempre solitarios. Nunca aparecen personas pero, de vez en cuando, animales”. Le comentamos que esto también está relacionado con ese sentimiento de pertenencia a un lugar pero de constante cambio, de búsqueda. Entre sus pinturas y dibujos tiene una serie titulada “Lugar”, que se divide entre los que muestran un camino por andar que se pierde en el horizonte, otros que son como un pequeño oasis de paz en ese camino, y otros que muestran las sombras y la niebla que no deja ver el camino a seguir, es decir, el miedo y las dudas, la inseguridad. “Mis cuadros no son figurativos aunque hay una ligera alusión a la realidad. Antes de empezar a pintar en mi taller siempre busco un lugar que me cautiva y me emociona donde pueda experimentar sensaciones. A partir de este lugar comienzo a construir mis obras. El lugar de mis sensaciones”.
Y en sus dibujos vemos constantemente una montaña con una casa o un árbol en una cima que parece inalcanzable. En algunos hay un perro esperando, en otros unos pájaros. “Mis obras son emocionales, pinto lo que siento caminando en la Naturaleza, la espiritualidad que siento paseando u observando un lago solitario. Para mí el silencio es muy importante, el sonido del silencio. La gente debería apreciar más el sonido del silencio que normalmente sientes cuando estás en un bosque, incluso puedes oírte desde dentro. El arte me ha hecho ver el mundo de otra manera, saber que hay muchas más formas que lo que vemos delante”.
Joo Eun Bae nos cita a Picasso: “El pintor pinta no lo que ve, sino lo que siente, lo que se dice a sí mismo sobre lo que ha visto”, y a Yoshitomo Nara: “Mis obras son mi propio retrato”. Ambas frases podrían sintetizar el trabajo de Joo Eun Bae. Un proceso que califica de “aventura emocionante, imprevisible, placentera y también traicionera. El proceso de pintar es aventurarse a un mundo que todavía no existe pero en el que hay algo más poderoso (trascendental) que en el mundo real que conocemos. Mis cuadros no son representación de los lugares donde he estado, son espacios de sentimientos”.