Texto y fotografías por Adrián Tomás Samit

Situada al sur del país a las orillas dos orillas del rio Nam (Sur), Jinju, que significa “perla”, es conocida principalmente por la historia de la kisaeng Nongae (논개). Nongae fue una mujer de compañía, principalmente dedicada al entretenimiento, que vivió la Guerra Imjin en el siglo XVI. En el año 1593, cuando las fuerzas japonesas ocupaban la fortaleza de Suyeong después de una segunda invasión a la ciudad, Nongae fue reclamada por el general Keyamura Rokusuke. Ésta, en busca de venganza por la muerte de su marido, el oficial Choi, y por la opresión que sufría el pueblo coreano, llevó a Rokusuke junto a un peñasco frente al río Nam, se abrazó a él uniendo su manos con unos anillos que hacían de cadenas y se tiró al río, dando su vida junto con la del general japonés. Esta historia de sacrificio y honor, que tanto gusta a los coreanos, es hoy en día una leyenda muy popular y el motivo de visita de la ciudad de Jinju. En el puente que da entrada a la ciudad podemos ver un diseño que juega con los anillos de Nongae dando relieve a las columnas que lo sostienen sobre el río.

Jinju es una ciudad pequeña que se encuentra en expansión debido a sus geografía, todavía bastante rural y sin explotar, motivo por el que las empresas y habitantes de Seúl, cansados del exceso de la gran urbe, están buscando acomodo en este lugar. Pese a su tamaño, Jinju posee una gran historia y tradición, y una gastronomía propia y muy popular. Los lugares a visitar no son muchos, pero son bellos. Empezando por la fortaleza de Jinju, Jinjuseong (진주성), reconstruida y convertida en un tranquilo y agradable parque por el que pasear junto al río y visitar Uliam, el supuesto peñasco desde el que salto Nongae, el pabellón de celebraciones, y el museo de historia, el único del país dedicado exclusivamente a la historia coreana durante las invasiones japonesas del siglo XVI. En el Museo podemos ver armas, cerámicas, pinturas y recreaciones del periodo.

El otro bello paraje natural que da a conocer Jinju es el lago Jinyangho (진양호), un lago artificial que sirve de presa para contener las aguas del río Nam y que éstas no sumerjan a la ciudad cual Atlántida. En la cima del monte que da forma al parque natural que rodea Jinyangho, encontramos un gran mirador que ofrece una preciosas vistas del ocaso sobre Jinju. Como lugar de reclamo turístico, también un Zoo y las “Escaleras de los mil peldaños” que si las subes y pides un dese se cumple, ofrecen actividades al aire libre para los visitantes. Al igual que los fines de semana lo hace la batalla de vacas, donde dos animales compiten asta contra asta.

Esta competición animal tiene su máxima popularidad durante el Festival de Linternas Flotantes de Jinju, que junto con el Festival Gaechon de Arte, tienen lugar a comienzos de octubre, llenando la ciudad de luz y color. Decenas de linternas flotantes de personajes populares, otros tradicionales, representativas de historias y formas de vivir antiguas… es una forma divertida y amena de conocer la historia medieval de Corea y su mixtura con el presente. Grandes desfiles de ropa y música folclórica inundan las calles de Jinju recordándonos el colorido y festivo periodo Joseon.

En mayo también se celebra el Festival Nongae, dedicado a la popular kisaeng, donde podemos presenciar servicios rituales, acceder de manera gratuita a los lugares de interés histórico y cultural y comer los platos típicos de la región. Entre ellos, es muy conocido el bibimbap de Jinju. Este plato típico coreano a base de arroz y verduras mezcladas tiene un punto marítimo en esta ciudad. Adornado como si de una flor se tratara, recibiendo por ello el nombre de Kkotbap (꽃밥; arroz flor), guarda en su interior el secreto de la carne de ternera servida como carpaccio. En la temporada otoñal, periodo de ostras, la carne puede ser sustituida por este producto marítimo. Los otros dos platos tradicionales son la anguila, envuelta en hojas de sésamo, y el heotjesabap (헛제사밥), una variedad del bibimbap que usa salsa de soja en lugar de la habitual pasta de pimientos rojos, y se sirve acompañado de tortilla coreana, jeon (전).

Jinju, una ciudad tranquila, cercana al mar, donde se puede sentir la naturaleza y comer de manera ligera pero deliciosa. Un lugar perfecto para pasar un día o un fin de semana alejado del bullicio de Seúl o Busan, y descubrir más sobre la tradición y la historia de Corea del Sur.