Se utilizaban piedrecillas u objetos pequeños, lo que fuere que los niños encontraran para llevar a cabo su juego: botones, canicas, pendientes, habichuelas, etcétera”.

Por Gisela Lara y Montserrat Piñeiro

Ilustración por Rocío Álvarez González

Como vimos en el artículo sobre juegos tradicionales del anterior número, toda civilización guarda dentro de su patrimonio un conjunto de actividades recreativas que forman parte de la tradición y han sido transmitidas de generación en generación. Muchos de ellos favorecen el aprendizaje de habilidades (motrices, sociales y conductuales), mientras otros potencian la capacidad de reflexión y aumentan la rapidez mental. Es por ello que en función de la dificultad del juego y la edad del jugador algunas de estas actividades son destinadas a los más menudos y otras a los adultos. En este número repasaremos los más significativos juegos de habilidad y estrategia presentes al día de hoy en Corea.

Juegos Infantiles

¿Por qué vienes a mi casa?

Los niños se dividen en dos grupos y forman un par de líneas desde las cuales se confrontan. El primer grupo empieza cantando: “¿Por qué vienes a mi casa?”, al tiempo que avanzan hacia el otro grupo y estos dan marcha atrás. Posteriormente los cuestionados hacen frente a los primeros respondiendo: “Venimos a buscar una flor”. El procedimiento se repite preguntando: “¿Qué flor buscas?”. Llegados a este punto, uno de los jugadores del equipo contrincante elige a un miembro del grupo rival con quién se disputará una partida de piedra, papel o tijeras. El perdedor pasará a formar parte del equipo contrario. El juego termina cuando los niños lo deciden, no hay precisamente un vencedor aunque si desean definirlo será aquel equipo que más miembros logre reclutar.

Abrid la puerta del este

Dongdaemun es una de las cuatro puertas principales de Seúl y corresponde justo al lado este, a la cual el juego hace referencia. Los niños eligen a dos jugadores para colocarse cara a cara, tomarse de las manos y levantar los brazos hacia el cielo, representando la puerta, ellos mismos fingen ser los guardianes de dicha entrada. El resto de jugadores forman una fila, se toman de los hombros, se inclinan ligeramente y pasan por debajo de la puerta cantando: “Abrid la puerta del este, abrid la puerta del sur (Nandemun), si es mediodía la puerta cierra”. Al llegar a la última palabra del canto, los guardianes bajan los brazos, quien haya quedado atrapado debe sustituir a uno de ellos y el juego continúa.

Un hielo, ¡crac!

Se requieren como mínimo tres personas para este juego, aunque en general participan cinco o siete. De acuerdo con los resultados de una partida de piedra, papel y tijeras se elige al verdugo quien, a la cuenta de diez, debe perseguir a los otros y cuando logre tomar la mano de alguien debe gritar: “¡un hielo!”, quedando la víctima congelada e inmóvil hasta que otro de los jugadores aún móviles lo toque y grite: “¡crac!”. Se cambia al verdugo si éste toca el cuerpo de una víctima antes de gritar.

La rosa de saron esta floreciendo

Se elige a un verdugo, éste se pone de cara a un muro o un árbol y empieza a cantar la canción La rosa de saron esta floreciendo varias veces hasta que decida detenerse. El resto de los jugadores, situados en una línea, empiezan a caminar hacia él. Al terminar de repetir la canción, el verdugo volteará y si algún jugador sigue moviéndose lo atrapará cruzando su dedo meñique con el del prisionero. Todos los presos deben ir formando una cadena tomándose de los meñiques. Los que queden libres deben acercarse al verdugo para tratar de liberar a los rehenes. Si no hay nadie que haya sido detenido por el verdugo, la persona que llegue primero a su lado debe tocarle la espalda y todos los jugadores deben correr a la línea de partida antes de ser tocados.

Gongki

Se trata de un juego en cuyo origen, cuando no existían piezas diseñadas especialmente para tal fin, se utilizaban piedrecillas u objetos pequeños, lo que fuere que los niños encontraran para llevar a cabo su juego: botones, canicas, pendientes, habichuelas, etcétera. Es posible jugarlo solo o con tantas personas como se desee. Se tienen regularmente 6 piezas ligeras, de las cuales una es utilizada como una pelota que se balancea en la mano en forma de minutero o paralelo occidental y los cinco restantes son una especie de elementos satélites. Se comienza capturando o sujetando uno a la vez, al conseguir dicho objetivo se va ascendiendo en el número de elementos capturados: dos, tres y así sucesivamente hasta lograr el número de cinco además del minutero. En caso de fallar, es el turno del otro jugador para intentarlo y al regresar el turno del primer jugador se reinicia desde donde se tuvo el error. Una vez que se logra tener todos los elementos sujetos, se procede a intentar tirarlos al aire y recibirlos en la parte posterior de la mano. El número de elementos sostenidos es lo que corresponde al marcador, los jugadores deciden cual será el máximo a alcanzar y la persona que lo logre se definirá como el ganador.

Juegos de Estrategia

Go- Stop

Así se denomina uno de los más populares juegos de cartas en Corea. Este tipo de entretenimiento proviene, al igual que otros juegos mencionados anteriormente, de un país vecino; en este caso de Japón. La historia cuenta que en 1549, con la llegada del misionero español Francisco Javier a tierras japonesas, se introdujeron algunos juegos de cartas en los que las apuestas eran frecuentes. Rápidamente los juegos se hicieron populares pero, en 1633,  Japón decidió cerrar sus puertas a occidente y entre otras cosas prohibió el juego de cartas extranjeras, con lo cual todo juego de cartas que implicara apostar era ilegal. Sin embargo, los juegos de cartas como tales no fueron vetados y por ello se crearon barajas de cartas autóctonas con diferentes diseños que evolucionaron con el paso de los siglos hasta la actual denominada barajahanafuda. Ésta fue finalmente introducida en Corea entre 1905 y 1945, durante la ocupación japonesa, y por su diseño las cartas fueron denominadas hwatu o “cartas de flores”.

   Hoy en día, entre los posibles juegos que pueden jugarse con dicha baraja, el gostop, no es sólo uno de los entretenimientos más populares jugados en familia durante Seollal y Chuseok, si no que además está presente en viajes, reuniones de amigos y por supuesto parques frecuentados por gente mayor. En algunos círculos, a pesar de ser una actividad ilegal, se sigue apostando al jugar. Las apuestas van desde sumas simbólicas entre familiares o amigos a, en ciertas ocasiones, grandes sumas en casos de partidas ilegales.

La baraja Hwatu posee cuatro tipos de cartas. Si tenemos en cuenta el diseño, existen doce familias de cartas que corresponden a los doce meses del año y, así mismo, cada una de esas familias tiene asignada una planta, una flor, o un elemento.

Es un tipo de juego bastante complicado por el gran número de reglas, por las múltiples combinaciones que se pueden hacer y por la forma de calcular el puntaje. Para poder jugar al go- stop hay que memorizar las combinaciones existentes, como se puntúan éstas y sobretodo hay que reconocer las doce familias de cartas.

El objetivo del juego es conseguir reunir al menos tres puntos. Una vez reunidos, el jugador tiene posibilidad de decir “stop” y finalizar la partida o decir “go”, y seguir el juego, con el riesgo de que otro jugador pueda finalizar posteriormente en su lugar. En el caso de haber apuestas, se establece el valor económico por punto antes de iniciar la timba y los perdedores pagarán mínimo el equivalente a 3 puntos, pudiendo ascender la suma total en función de las reglas.

Baduk

El Baduk, junto con el Changgi (variante del ajedrez chino Xiangqi), representa uno de los principales juegos de táctica y estrategia en Corea. Para presentar este juego hay que remontarse unos dos mil quinientos años atrás en la historia. Heredado de la cultura china, el Baduk, muy popular entre hombres y mujeres de la antigua aristocracia coreana y japonesa, ha conseguido mantener intactas sus reglas hasta el día de hoy. Este juego de mesa, primo hermano del ajedrez, al igual que éste forma parte de la familia de los juegos de estrategia. Sin embargo, difiere en algunas cosas. En primer lugar, a pesar de que las piezas son blancas y negras, todas tienen el mismo diseño y son de piedra. En segundo lugar, al inicio del juego, el tablero está vacío y cada jugador posee un tazón que contiene las piezas con las que va a jugar. La tapa del tazón se voltea y queda reservada para las piezas que serán sustraídas al contrincante. En tercer lugar, no hay desplazamiento de las piezas, es decir una vez dejadas en el tablero éstas quedan inamovibles. Por último, empieza el juego el oponente con las piezas negras.

Una cuadrícula conforma el diseño de la mesa o tablero de Baduk. Este tablero viene a ser como una parcela de tierra sin dueño y el objetivo del juego es obtener la mayor parte de ésta. Simple, aquel que consiga teñir con su color el tablero gana. Para ello, los jugadores en vez de colocar las piezas en los cuadrados del tablero deben situarlas encima de las intersecciones de las líneas, con libertad para colocarlas según su criterio estratégico. En el transcurso del juego, los jugadores pueden llegar a rodear con sus piezas las de su rival y sustraerlas. El número de estas piezas sustraídas y el número de intersecciones vacías determinarán al ganador. La mitología cuenta que el futuro del Tíbet fue decidido sobre un tablero de Baduk cuando el dirigente budista, para evitar el derramamiento de sangre, rehusó luchar y desafió a su rival jugando a este juego.

En la actualidad éste es uno de los pocos juegos tradicionales presentes en el día a día de la sociedad coreana. Basta con dar un paseo en un día soleado por el río Han o en el parque Tapgol para ver a grupos de gente formando corrillos alrededor de las múltiples partidas de este entretenimiento. El juego, expandido a Estados Unidos y Europa a principios del siglo XX, es conocido con otros nombres (Go en Japón y Weiqi en China) y al igual que otros juegos de estrategia tiene asociaciones, escuelas, cafés en internet y una federación que se encarga de organizar campeonatos mundiales.

Janggi

Es similar al ajedrez pero la forma de jugarlo es un tanto distinta, con otras piezas y reglamento. Cuenta con un tablero de 10 x 9 casillas, las piezas se colocan no dentro de los cuadros sino en las intersecciones de las líneas. Las fichas son discos octagonales de madera con símbolos impresos, se dividen en grupos de colores rojo, verde y azul, hay tres tamaños distintos de piezas: grandes para el rey, medianas para los carros, cánones, caballeros y elefantes; pequeñas para soldados y guardias.

Como ha quedado reflejado, múltiples son los juegos existentes en Corea que favorecen y potencian el desarrollo las aptitudes personales. Simplemente una práctica repetida de éstos permitirá mejorar  la agilidad, tanto física como mental, la concentración y la capacidad de razonamiento. La próxima entrega será la última de esta serie de artículos sobre juegos y juguetes coreanos. En ella mostraremos algunos de los juegos relacionados con la naturaleza y la agricultura, tan arraigada a la cultura coreana.