Juegos tradicionales coreanos: vehículos transmisores de identidad cultural
“El mundo evoluciona imparable y frenéticamente y atrás parecen quedar los tiempos en los que el hombre, a falta de tecnología moderna, usaba su ingenio para entretenerse, divertirse e interactuar con sus congéneres”.
Por Gisela Lara GonzálezFotografía por Ylerray
El mundo evoluciona imparable y frenéticamente y atrás parecen quedar los tiempos en los que el hombre, a falta de tecnología moderna, usaba su ingenio para entretenerse, divertirse e interactuar con sus congéneres. Sin embargo, a pesar de ello, en ocasiones todavía nos es posible disfrutar de esos juegos que forman parte de la cultura popular; juegos que, a pesar de poder sufrir variaciones a lo largo de la historia, consiguen mantener su esencia, fortaleciendo los vínculos sociales y favoreciendo el acercamiento entre generaciones, preservando de ese modo las raíces y las identidades de los pueblos.
Juegos hay muchos y de muchos tipos: los hay de fuerza, de habilidad, de inteligencia, individuales, por equipos, masculinos, femeninos, mixtos… A lo largo de los tres primeros números de esta revista presentaremos una serie de artículos que muestran el amplio abanico de juegos folclóricos coreanos. Abordaremos, básicamente, los pasatiempos que perduran hoy día, incluyendo los juegos tradicionales, los infantiles, los de estrategia y los relacionados con la agricultura, siguiendo el orden anteriormente mencionado.
No es ningún secreto que los juegos tradicionales se han visto claramente desplazados por los juegos y juguetes multimedia. Sin embargo, a lo largo y ancho de este mundo, la supervivencia de los juegos tradicionales queda patente sobre todo en fechas especiales y durante algunos eventos y festivales. Corea del sur no es ninguna excepción. Seollal (primer día de año nuevo en el calendario lunar)y Chuseok ( fiesta de agradecimiento a los ancestros por la cosecha obtenida) son los mejores ejemplos de sus festividades folclóricas. Durante su celebración, principalmente en los parques y frente a los antiguos palacios, se organizan diferentes eventos en los que puede contemplarse algo insólito de ver durante el resto del año: niños y algunos adultos se visten con hanbok y se divierten frente a la curiosa mirada de los turistas. Éstos son pues, los juegos tradicionales más representativos de Corea del sur:
Jegi chagi (Patear el jegi)
Es un juego que proviene, según leyendas históricas coreanas, de los entrenamientos de artes marciales realizados en la época Goguryo y, por tanto, jugado originalmente entre hombres. Pudiéndose jugar de forma individual o en grupo, el objetivo del juego es golpear repetidamente con el pié y sin dejar que toque el suelo el jegi, un pequeño objeto similar a una pelota de bádminton confeccionado con una moneda y un trozo de papel tradicional coreano o ropa y plumas pegadas. Es un entretenimiento que perdió gradualmente popularidad por lo que, con el fin de mantenerlo vivo entre los más pequeños, algunas asociaciones culturales y el comité de educación coreano hizo incluir el juego dentro de las actividades de educación física del tercer y cuarto grado de las escuelas elementales. Es un tipo de juego que mejora la concentración, los reflejos, la coordinación, la agilidad y el desarrollo muscular y por ello en otros países pueden encontrarse variaciones de este tipo de juego aplicadas al deporte profesional. Por ejemplo, en los entrenamientos de fútbol los jugadores aplican la técnica de este juego golpeando la pelota con los pies o la cabeza.
Neol ttwigi (Saltar en el balancín)
Originado en la época Joseon, el folclore explica que fue un juego desarrollado inicialmente para mujeres. Durante esa época, las chicas jóvenes pasaban la mayor parte del día confinadas en casa y era una forma de ver brevemente la vida más allá de los muros que las guardaban. Es un juego limitado a dos personas y, a diferencia el balancín que podemos encontrar en los parques infantiles occidentales en los que se juega sentado, en el juego coreano se juega de pie. Por esta razón, es importante coordinar el ritmo y el equilibrio de las dos personas situadas en los extremos de una tabla. Primero, se pone en el suelo un montón de paja atada o un saco de paja, luego se pone una tabla larga y estrecha encima. Cada uno de los participantes se sube en un extremo de la tabla y al saltar uno proyecta al otro en el aire, resultando ganador el que salta más alto. El juego parece fácil pero una vez que se prueba resulta algo más complicado.
Geune tagi (Subirse al columpio)
Es lo que comúnmente conocemos como columpio. Fue otro de los juegos creado originalmente para mujeres. Como hemos apuntado sobre el neol ttwigi, durante la época Joseon las mujeres llevaban una vida bastante aburrida debido a que normalmente permanecían recluidas en casa. Así pues, siendo Chuseok, Seollal y Dano de las pocas ocasiones en las que se les era permitía salir, ellas aprovechaban al máximo esa oportunidad para participar y gozar de algunos juegos al aire libre. En este caso, el día antes de la fiesta del Dano se construía un gran columpio cerca de la entrada del pueblo y las mujeres se columpiaban en él, siendo la ganadora del juego aquella que lograba alcanzar la máxima altitud.
Paengi chigi (Golpear la peonza)
Este juego, en la antigüedad reservado exclusivamente a chicos, es una variación de la popular peonza, también denominada trompo. Se puede jugar bien de forma individual, siendo el objetivo hacerla girar el mayor tiempo posible, o bien en parejas, siendo el objetivo hacer chocar la peonza con la del adversario intentando derribarla. La peculiaridad de este juguete es que la peonza es de madera (aunque la punta sobre la que gira puede ser de diferentes materiales como madera o acero) y que se hace uso de un palo en el extremo del cual hay una cuerda corta con la que se golpea la punta del paengi, haciéndolo girar. Se juega normalmente sobre el suelo pero en invierno también se juega sobre el hielo, el cual impone un grado más en la escala de dificultad.
Yeon nalligi(Hacer volar la cometa)
Se trata de un juego individual, en el que participa toda la familia, que simboliza los deseos para el nuevo año durante el Seollal. El juego consiste en construir una cometa escribiendo en ella los deseos formulados e izarla haciéndola volar lo más alto posible. Cuando la madeja del hilo se deshace por completo, se corta éste para que los malos deseos se vayan y el nuevo año traiga los buenos. Una variante existente es la lucha entre cometas en la que se trata de cortar el hilo de la cometa contrincante con el hilo de la cometa propia. Para ello, el hilo se refuerza con cola y trocitos de vidrio o cerámicas para que sea abrasivo y se intenta que los hilos se crucen en el aire
Existen registros de la historia de los juegos de cometa en Corea en la crónica Samguk Sagi (Crónica de los tres reinos), los más antiguos registros históricos de Corea. En ellos se escribió que una estrella fugaz cayó en el año 647 d.C. Siendo considerada ésta un mal augurio para la reina, que en ese momento enfrentaba una revuelta, el general Kim Yu-Shin, quien lideraba la lucha contra los rebeldes, una noche remontó una gran cometa encendida e hizo correr la voz de que la estrella había regresado al cielo. Ello fue suficiente para amedrentar a los rebeldes y convencerlos de la necesidad de un acuerdo.
Yut nori (Juego del Yut)
Sin duda alguna, uno de los juegos más populares del folclore coreano y probablemente el más practicado en las reuniones familiares durante Seollal y Chuseok. A pesar de no tener un origen definido en el tiempo, se dice que ya se practicaba durante el periodo de los Tres Reinos con la doble función de entretener y en ocasiones, en las zonas rurales, para predecir el futuro. De mecánica muy similar al denominado “parchís” en España (derivado de un juego milenario originario de la India), este juego tradicional coreano es un juego de mesa en el que puede jugar de forma individual o por grupo (limitándose siempre a un número de cuatro, sean personas o grupos). Se usa un tradicional tablero de tela (o uno improvisado de papel), cuatro bastoncillos de castaño o abedul, denominados yut, que se usan a modo de dados y cuatro fichas, llamadas “mal”, por jugador o equipo. Todos los bastoncillos son iguales, siendo su parte delantera diferente de la trasera. El modo de jugar es el siguiente: se lanzan los bastoncillos a la vez, se calcula el número de puntos obtenidos, teniendo en cuenta sólo los bastoncillos caídos sobre su parte delantera, y se mueven las fichas en función del número obtenido pudiéndose seguir cuatro rutas diferentes. Así, el equipo (o jugador individual) que consiga mover sus cuatro piezas al final del recorrido gana. Al igual que en el juego del parchís, durante el transcurso del juego se puede eliminar las piezas de los adversarios obligando a éstos a empezar el recorrido de nuevo. El tablero tiene diferentes estaciones exteriores, que simbolizan el cielo, e interiores, que simbolizan la tierra, por lo que puede interpretarse como un reflejo de la simetría universal y de la procesión celestial, lo que refleja los elementos del taoísmo coreano.
Tuho (Lanzamiento de flechas)
Este es un juego practicado antiguamente los reyes y altos aristócratas de ambos sexos en la corte real. Consiste en hacer dos equipos y lanzar con la mano flechas, rojas y azules, a una jarra colocada a una cierta distancia. El equipo que logre introducir más flechas gana. Fácil a simple vista, pero las apariencias engañan ya que en este juego es imprescindible concentrarse mucho y controlar bien la fuerza.
Como se puede ver, no son pocos los entretenimientos antiguos que perduran en la actualidad. En todos los países, aunque sea sólo en las ocasiones especiales, se intenta mantener activa la práctica de los juegos tradicionales puesto que es una forma de preservar la identidad y la cultura del país. Lo cierto es que, para los que somos extranjeros, supone toda una experiencia el ver, aprender e incluso participar en ellos ya que, a la par que nos ofrecen una forma de diversión nos proporciona una apreciación más amplia de la cultura.
En la próxima entrega, ya que la diversión no entiende de edad, centraremos la temática de los juegos en los pasatiempos actuales para niños y adultos. En ella podremos comprobar porqué algunos de ellos favorecen el aprendizaje de habilidades (motrices, sociales y conductuales) mientras otros potencian la capacidad de razonamiento y aumentan la agilidad mental.