Situada en Songji-myeon de Galdu-ri, la aldea Ttangkkeut es un célebre sitio de la península coreana. Es justo aquí donde termina la montaña Baekdusan y al mismo tiempo es el punto final del territorio coreano al ubicarse en el límite del extremo meridional. Por esta privilegiada geografía, tanto la salida como la puesta del sol generalmente cortan el aliento de quien las aprecia, cubriendo el paisaje de un impresionante tono rojizo. Se dice que al llegar a este punto de la península, un mar de emociones inunda el cuerpo de quien puede apreciar dicho paisaje y aspirar el aire circundante.

La aldea Ttangkkeut es uno de los más importantes puntos turísticos de Haenam, en Jeollanam-do, debido a su cercanía a numerosos lugares de gran relevancia tales como el observatorio ubicado en el pico de Sajabong, desde donde es posible apreciar maravillosas vistas de la montaña Dalmasan y del mar de la costa sur. Continuando la caminata hasta la cima, se llega a Bongwhadae, que era el sitio en donde los soldados encendían una gigantesca antorcha cuando avistaban embarcaciones enemigas y necesitaban hacerlo saber a las tropas. Es éste un punto de vital importancia histórica en donde el visitante puede construir en su mente la imagen de los combatientes durante calurosas o heladas noches, de acuerdo con las estaciones del año.

Es en Ttangkkeut y sus alrededores, donde se preservan varias prácticas culturales de la tradición coreana tales como el pansori (forma poética tradicional coreana de gran extensión que es cantada por especialistas en el género acompañados de música), lo cual es propio en toda la región de Jeollaman-do. Los turistas deleitan su sentido del oído con tales manifestaciones, presentadas con una gran pureza de contenido.

En sus cercanías se encuentran también los templos Daeheungsa y Minhwangsa, así como la zona de Uhang-ri, en donde se exhiben los fósiles de dinosaurios. Costas, islotes y parques naturales se localizan igualmente también en los alrededores de la aldea.

La existencia de pequeños hoteles, numerosos restaurantes que ofrecen mariscos de frescura extrema, tiendas tradicionales en donde se comercian las algas locales y el ferry que se dirige a la isla llamada Bogil, le han valido a esta pequeña aldea el atraer cada año a más personas interesadas en descubrir un lugar de tradición en la península, incrementando el movimiento económico del lugar.

En la historia

Se ha descubierto que desde el neolítico hubo establecimientos humanos en la aldea y sus cercanías, igualmente se han encontrado dolmenes de la edad de bronce. Debido al clima que favorece tanto la agricultura como la pesca es que se piensa que los primeros pobladores decidieron asentarse en este lugar. Fue desde aquellos tiempos que Tttangkeut registra actividad humana y al parecer no hubo grandes pausas en ello debido a su ubicación estratégica, lo cual facilitaba a sus pobladores la realización de diversas actividades de transporte, supervivencia y desarrollo.

En la historia de Corea, la aldea siempre ha jugado papeles importantes en la entrada de intercambios culturales, ideas y mercancía conectándose, por ejemplo, con la isla de Jeju, desde donde se enviaban caballos para el uso militar. Existen también teorías sobre la entrada del budismo a Corea, las cuales aseguran que provino del sur del continente y no de China, como algunos lo afirman, inclusive, una historia relata que durante el establecimiento de el templo Mihwangsa una gran imagen de oro de Buda arribó a través del estuario de Sajapo. Y así, existen varias teorías que especulan la importancia de Ttangkkeut que la presentan como “el final de la tierra” y un importante punto de comunicación con el sur de Asia.

Atracciones y productos locales

La torre de diez metros de alto ubicada en Sajabong y construida en 1986, permite a los visitantes gozar de la maravillosa vista, siendo uno de los principales puntos turísticos. Es digno de visitar también el parque temático, alojado dentro de un edificio en forma de tortuga. Asimismo, el teleférico es una atracción relevante para las personas que desean apreciar, evitando el cansancio, la vista del lugar durante la subida a la cima, al igual que facilita el acceso para personas de edad avanzada o con alguna discapacidad.

Entre los productos locales encontramos los ya mencionados pescados y mariscos propios del lugar, las hojas de alga seca con un sabor y aroma únicos que reflejan su larga permanencia en las aguas locales. Este artículo lo venden directamente los productores a los consumidores, siguiendo estrictos controles de calidad.

    También encontramos el llamado arroz fresco de Ttangkkeut, el cual se procesa de acuerdo con las normas del Centro Tecnológico de Agricultura y se comercializa en las tiendas locales. Se distingue por ser cultivado en una región libre de contaminantes, absorbiendo sustancias orgánicas de depósitos fluviales. El camote o boniato del lugar posee también un intenso sabor y un elevado grado de dulzor, reconocido como el número uno del país por la Cámara Nacional de Autentificación de Calidad.  Las coles de invierno, cultivadas en un clima templado con la brisa del océano, son también reconocidas por su frescura y sus propiedades nutricionales. De hecho éste es el único lugar con un clima tan privilegiado como para producir esta verdura. Naturalmente, para los nacionales coreanos es un maravilloso producto para elaborar kimchi, pero también se puede hacer extracto de col, té, sopa o ensaladas.

En caso de visitar la colorida aldea de Ttangkkeut, es altamente recomendable dar un paseo por las atracciones cercanas a lugar, entre ellas los templos de Daeudunsa y Mihwangsa, sobre los cuales hablamos brevemente en los siguientes apartados.

Daedunsa

Éste es el templo principal del budismo coreano pertenceciente a la orden de Jogye. En ocasiones también recibe el nombre de Daeheungsa, por lo que en búsqueda documental deben verificarse ambos nombres. Se cree que data del periodo histórico de los Tres Reinos aunque no existen hasta ahora pruebas fehacientes que lo comprueben. Es reconocido como un centro histórico de la cultura del té coreano. En las cercanías, incluso, se encuentra un sembradío de té verde en donde los visitantes pueden cosechar las hojas.

En 1604, el monje Seosandaesa predijo que el lugar estaría fuera de peligro de sufrir desastres naturales y se mantendría en calma durante mucho tiempo, por lo que en los últimos momentos de su vida solicitó que se conservaran sus objetos personales en este templo.

Además de ser un lugar de gran atractivo por su ubicación privilegiada, rodeado de un maravilloso ecosistema, es un lugar de capacitación para monjes budistas y uno de los mejores templos para realizar estancias y conocer de cerca la filosofía creada por Buda.

Mihwangsa 

Este templo es reconocido internacionalmente como uno de los centros más solicitados para realizar estancias y acercarse a la filosofía budista, incluso hay quienes combinan una estancia en el templo mencionado anteriormente, una paseo en la aldea de Ttangkkeut y terminan con su vista a Minghwasa, lo que permite profundizar la experiencia.

Su localización es sumamente privilegiada debido a que posee una maravillosa vista panorámica de la formación rocosa Dharma que semeja un grupo de monjes budistas adorando a la deidad. El dominio de la vista de 12 pequeñas islas que parecen flotar en el mar del lado este, es también una delicia óptica.

Hay algo místico en este lugar durante la puesta del sol que recibe una iluminación tan especial que algunos afirman que es imposible describir tal fenómeno de forma verbal. Ésta es una de las mayores atracciones del lugar. Cuando el cielo es inundado por los destellos del atardecer para entrar en su sueño nocturno, el Daeungbojeon (el edificio principal del templo) aprenta irradiar toda su energía para despedir la luz solar. Hace falta presenciarlo para entenderlo y llenarse con toda la energía de dicha experiencia.

Otra maravillosa particularidad del Daeungbojeon y característica de este templo, es que los techos estan cubiertos de tres Cheonbulhwa, una pintura de mil budas, por lo que cada rezo realizado por fieles y vistantes equivale a tres mil, logro nunca obtenido en otros templos.